La abogacía y el Casal de la Pau
La semana pasada tuvo lugar un acto con mucho sentido. El colegio de la abogacía, que es una corporación con capacidad y solvencia, y formada por personas en las que abundan valores y voluntad de servicio, dedica un 1% de su presupuesto a apoyar a entidades sin ánimo de lucro destinadas a colectivos en exclusión. En estas entidades estaba el Casal de la Pau. Y estoy convencido de que el colegio lo hace, más allá de por su responsabilidad social corporativa y por imagen, como muestra de su voluntad de contribuir en causas sociales. Por ello, no entiendo estas aportaciones como una donación paternalista sino como la punta del iceberg de la implicación de la abogacía en causas sociales que, por necesaria, ha de potenciarse cada vez más.